Pero esas ´mujeres apóstoles´ molestan

En la Lorena de 1762, Moye respondió a una urgencia sociológica. Aportó un remedio eficaz, por medios desconcertantes, a una carencia social de entonces: la ignorancia crasa en la cual se encontraban las niñitas campesinas. Moye es por lo tanto testigo de muchas miserias.

La oposición a Moye crece en el clero y en la alta sociedad de Metz. Y el obispo prohibe abrir nuevas escuelas en los pueblos. Juan Martín entra en una especie de agonía. Su razón y su corazón vacilan.

"Y sin embargo yo quería confiar totalmente en Dios. En el corazón mismo de esta absurda situación, mi amigo el padre Jobal llamó mi atención sobre un detalle. Como se me permitía mantener las escuelas existentes, estas serían cimientos para muchas otras. Vi en esto lo que me gusta llamar ´un signo de la Providencia´. Pudo ser un hecho microscópico, pero resucitó mi esperanza y me llevó a dar un sentido nuevo al acontecimiento."

Algún tiempo después el obispo levanta la prohibición y estimula el desarrollo de las miniescuelas.

Pero a Moye le gusta sembrar. Prefiere dejar la mies a otros. Las misiones extranjeras lo atraen, China sobre todo.

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